Título: No pierdas tiempo
Seudónimo: Sebastián Mora Arriagada
Compungido me encuentro al ver cómo hoy, en pleno año 2030, aún vivimos como si nos hubiésemos quedado estancados en el oscuro pasado del subdesarrollo.
Estudié Periodismo en una universidad “estatal”, pero nunca me inmiscuí en los movimientos estudiantiles. Siempre fui de aquellos que decían: “Que vayan otros a las marchas, total, por uno menos, no variará mucho”. No le tomé el peso a lo que significaban los petitorios para exigir una mejor educación.
Me conformé con tener mi título colgando sobre la pared de mi living.
Emprendí la búsqueda de la que, por mis antecedentes estudiantiles, creí sería un trabajo seguro en una conocida cadena televisiva. No obstante, al momento de ver mi currículum, el gerente que me atendió sostuvo: “Amigo, acá solo aceptamos profesionales capacitados. Por ende, según nuestro criterio, su universidad queda fuera de ese grupo de elite. Gracias por venir, pero no podemos contratar a gente que haya estudiado sin los implementos básicos para formarse”.
Al escuchar esto, lo primero que recordé fue una compañera de carrera, a la cual, hace unos años, tildé de “revolucionaria” por estar siempre a favor de los paros. Ella, al ver mi constante indiferencia ante estos movimientos, me reprochaba: “Solo intentamos pavimentar un futuro mejor para todo el país. Nadie te obliga a participar, pero quizás cuando te des cuenta de todo, ya sea demasiado tarde…”.
Qué daría para volver al año 2011 cuando tuvimos la oportunidad de exigir una nueva constitución. Qué daría por no haber dejado que los mandamases jugaran con mi futuro…
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