Título: Escuela libertaria
Seudónimo: Zenón Malatesta.
Escuela libertaria
La idea de conformar un centro social educativo no es nueva; se ha llevado a cabo
algunas veces con resultados óptimos.
Lograr integrar en un mismo establecimiento tanto las artes como las ciencias
es, no sólo posible, sino que fundamentalmente necesario. Junto con bibliotecas,
salas de reuniones, talleres de electricidad, carpintería, entre otros, se necesitarían
huertos, salas de ensayo, gimnasio, laboratorios, entre tantas otras necesidades.
Evidentemente, una escuela así no puede caer en manos del mercado ni de la
elitización del aprendizaje; es necesario que una escuela así sea parte de un proyecto
social y cultural (sin caer en el dogma de "apartarse del mundo y vivir en comunidades",
puesto que aquello termina cayendo en la elitización y la inoperancia social).
En una escuela así se podría crecer en el aprendizaje de la libertad, del apoyo mutuo,
de la interrelación cognitiva y afectiva sin racismo ni sexismo, sin fronteras. Lograr una
escuela libertaria es un esfuerzo conjunto, un proyecto de vida. Cuestiones como el
financiamiento, la infraestructura, son temas difíciles de resolver, pero no imposibles.
Emancipar la educación de cualquier tipo de estado, de cualquier gobierno o
parlamento, que representen los intereses mercantiles del neoliberalismo es una
necesidad fundamental. La interrogante que siempre pesa es ¿cómo? ¿Cómo realizar
un proyecto educativo libertario, ácrata?
Las didácticas educativas vinculadas al juego, la enseñanza del respeto mutuo son
el esfuerzo permanente por no caer en la coerción típica de la relación viciada por el
autoritarismo de profesor/a-alumno/a. Todo un desafío.
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