Título: Grito Epifánico
Seudónimo: Ignacio Antich
Grito Epifánico
Estaba en el techo de mi universidad 'tomada' cuando sucedió. Mientras hacía guardia por si aparecían bélicos gorilas, de repente caí preso de un momento inmóvil. Entré en una especie de trance, donde una esporádica explosión de sensaciones recaía en mis juveniles huesos, cuando miraba la despampanante ciudad rodeada de destellos. La sensación era nueva y mágica. Era una epifanía sobre el acontecer de la convocatoria a manifestarse que se venía.
Aquella sensación encriptada comenzó a develar sus mensajes en montoneras de palabras rebeldes que daban golpeteos sobre mi conciencia. Frases como 'no es solo tu educación, es tu condición como humano' comenzaban a bombardearme. Comenzaban a alimentarme con la manzana prohibida para ver mi desnudez y avergonzarme por mi anterior pasividad. Para darme cuenta que mi peor pecado había sido mi somera sumisión.
Desde esa noche, al sentir eso, ese regalo a través de mis pupilas bendecidas en rebelión, tome la decisión de no ser borrego nunca mas. La manifestación al alba seria mi prueba.
Se juntaron alrededor de 150 mil personas en el centro de aquella ciudad habitada por animas combatientes y por esperanzas quebradas: Santiago.
Y entre la muchedumbre de cabezas pluriclasistas salte con odio, con cara de obituario por mi libertad huérfana, con el sincero grito '¡YA NO SEREMOS MERCANCIA!'
Ese día en la Alameda, quebré la virginidad de mis manos lanzando piedras; símbolos de resistencia ante el la algidez humillante a la cual someten nuestras mentes.
Ese día aprendí a gritar: '¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!'
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